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domingo, 20 de diciembre de 2015

LOS GRANDES POETAS DEL TANGO (I): EUGENIO CÁRDENAS

Eugenio Cárdenas pertenece a ese núcleo de notables poetas que en mucho han contribuido a la historia del tango y sin embargo no son valorados en su justa dimensión.
Se llamaba Acencio Eugenio Rodríguez y nació en Carmen de Areco, provincia de Buenos Aires, el 6 de septiembre de 1891, eligiendo para firmar sus obras su segundo nombre y su apellido materno.
A la edad de catorce años comenzó a escribir sus primeros versos, pero recién diez años después sus poesías fueron publicadas por vez primera.
En 1919, ya radicado en la ciudad de Buenos Aires, ejecutaba la guitarra en el centro tradicionalista "Gloria, patria y tradición", que se encontraba en la calle Brasil Nº 2370, bajo la dirección de Antonio Martín. Fue, incluso, profesor de dicho instrumento, actividad que lo ayudaba a ganarse el sustento por entonces y en 1920 comenzó a escribir de manera regular y de forma profesional.
En el citado centro gauchesco conoció a Guillermo Barbieri, con quien estrecharía fraterna amistad y quien lo vinculó a Carlos Gardel.
Fue uno de los poetas favoritos del máximo cantor, quien le grabó en discos 29 temas, amén de otros que interpretaba en sus actuaciones y no registró en la cera.
En 1924, a la edad de 32 años, residiendo en la calle Sarandí Nº 836, contrajo enlace con Genoveva Sánchez, con quien no tuvo hijos.
Al año siguiente, ya definitivamente consolidado como poeta, Gardel le grabó seis temas: el estilo "Salve patria" (con música de Guillermo Barbieri); los tangos "Por el llano" y "Ave cantora" (con Rafael Rossi); el tango "Soñando" (musicalizado por "Paquita" Bernardo); el tango "Trapito" (con los hermanos José y Luis Servidio) y el tango "Flor de cardo" (compuesto en colaboración con el guitarrista Miguel Correa).
El máximo cantor sentía un aprecio especial por Cárdenas y fue el principal intérprete de sus obras.
Incluso, Gardel y Razzano fueron coautores con él del tango "Ave sin rumbo". aunque no figurase en la partitura el nombre del poeta.


                            

Partitura del tango "Ave sin rumbo"


En el año 1926, Ignacio Corsini comenzó a grabar sus temas. Los dos primeros fueron los tangos "Lamento criollo" y "Si la ven por estos pagos", ambos con música de Rafael Rossi.
Éste y Guillermo Barbieri fueron sus principales colaboradores.
Con Rossi compuso los tangos "Ave cantora"; "Por el llano"; "La milonga"; "Lamento criollo"; "Si la ven por estos pagos"; "Perdonada"; el vals "Rosas de abril"; los tangos "Fiesta criolla"; "Al caer la tarde"; "Al pie de tu reja"; "Senda florida"; "En tu florido balcón"; "En la cruz del yugo"; la ranchera "Negrita, querés café?"
Con Barbieri dio a conocer el estilo "Salve, patria"; el shimmy "Qué lindo es el shimmy"; los tangos "Guaminí"; "Besos que matan"; "Tierra hermana"; "Barrio viejo"; "Lunático"; "¿Será posible?"; "Tiempos felices"; "Trovas galanas"; el vals "Alicia"; el fox-trot "Divina mujer"; la ranchera "La estancia de don Ramiro".
También compuso con otros guitarristas de Gardel:
Con José María Aguilar, los valses "Mala suerte" y "Del pasado".
Con Ángel Domingo Riverol, la ranchera "Mañanita de campo" y los tangos "Con la cruz a cuestas" y "Falsas promesas".
Con Domingo Julio Vivas, la ranchera "Estoy penando".
Con Enrique Maciel (guitarrista de Corsini), el vals "Ansias sublimes".
Asimismo, colaboró con otros grandes músicos de nuestro tango. Una lista resumida se podría formar con "Alma de mujer", vals (con Virgilio Carmona); "Soledad", vals (con Héctor Baldi); "Vieja milonga", tango y "Las margaritas", zamba (con Samuel Castriota); "Sueños", tango (con Ciriaco Ortiz); "Te fuiste hermano", tango (con Alberto Tavarozzi); "Allá en el sur", tango (con José Böhr); "Trapito", tango (con los hermanos José y Luis Servidio); "Meditando", tango (con Hugo L'Eveque); "El morito", tango (con Oscar Roma); "Una lágrima", tango (con Nicolás Verona); "Horas tristes", tango (con Vicente Spina); "Los arrieros", vals (con Agustín Magaldi y Pedro Noda); "El pibe", tango (con José Domingo Pécora); "Vida rea", tango (con Nicolás Vaccaro); "Tu mirada", tango (con José Rosito); "Sonrisas", shimmy (con Esteban González); "Obrerita", tango (con Adrián Russo); "Vida amarga", tango (con Pascual Mazzeo); entre muchas otras, puesto que su obra autoral supera las 500 composiciones.
Escribió letras para tres tangos instrumentales de Juan Maglio "Pacho": "Ando pato"; "Sábado inglés" y "Queja gaucha" y una más para el tango-milonga de José Luis Padula: "9 de julio".
Colaboró, entre otras, con las revistas "Fray Mocho"; "P. B. T."; "El alma argentina"; "El alma que canta" y "Clarinada".


                                                             


Eugenio Cárdenas


Eugenio Cárdenas falleció en Buenos Aires el 1 de enero de 1952 y sus últimos momentos los relató el poeta Leopoldo Díaz Vélez, quien había ido a verlo ese mismo día.
Esta narración fue recogida y publicada por el historiador Eduardo Visconti en la revista "Tango y lunfardo".
"Junto con Cáceres, un compañero de trabajo en la dirección administrativa del Correo Central, fuimos esa tarde alrededor de las 14 horas al Hospital de Clínicas con entrada por la calle Paraguay. Cáceres tenía amistad con Cárdenas desde hacía años por ser vecinos del barrio y como lo iba a visitar ese día y yo quería conocerlo, tuve allí la oportunidad.
Apenas llegamos a la sala del primer piso donde estaba internado Cárdenas y de haber sido presentados por Cáceres y compartido una breve conversación con él, fuimos interrumpidos por una monja. La religiosa volvía reiteradamente a invitar a Cárdenas para concurrir a una misa en la capilla del hospital en la planta baja.
Cárdenas vestía un traje claro y tenía el pelo canoso y cara de criollo. Aparentemente, parecía estar bien, pero su estado era muy delicado por un problema cardíaco. Aceptó a regañadientes la invitación y decidimos acompañarlo con Cáceres a la capilla. La actitud imperiosa y firme de la monja molestó profundamente a Cárdenas a tal punto que expresó algunas palabras despectivas y de subido tono contra ella porque lo obligaba a bajar las escaleras.
En el acto religioso, Cárdenas se mantuvo sereno y cumplió con las expectativas de la misa.
Al finalizar, regresamos al primer piso acompañándolo con todo cuidado porque el ascenso se hacía dificultoso por las escaleras. Al llegar a un recodo de la misma y frente a un amplio vitraux me llamó la atención que Cárdenas, agobiado por el calor reinante de aquel verano y mirando hacia afuera del ventanal, exclamara: ¡Qué obscuro está! 
El día era de luminoso sol.                     
Sus ojos comenzaban a perder la visión y su alma a escaparse de la vida.
Arriba, en la sala, ya lo esperaba su mujer sentada sobre una cama vacía. 
Esa misma tarde, Eugenio Cárdenas era sólo un recuerdo".
Eduardo Visconti: "Eugenio Cárdenas: un poeta olvidado"  Revista Tango y Lunfardo Nº 52, febrero 23 de 1990.                

                        Ave cantora; tango ("E. Cárdenas" - R. Rossi)
             Carlos Gardel - Guitarras: José Ricardo-Guillermo Barbieri
                                 Grabado el 11 de octubre de 1925
                                            Nacional 18149b/3275


                  




                                                                       

sábado, 5 de diciembre de 2015

OSVALDO FRESEDO Y LA ORQUESTA TÍPICA VÍCTOR - TERCERA PARTE

La orquesta de Osvaldo Fresedo era por entonces (1925) la más importante de la Casa Víctor. Su ida hacia la empresa de Max Glücksmann ocasionó que "el sello del perrito" debiera reestructurar su esquema para continuar liderando el mercado del tango compitiendo con "Discos Nacional".
Por esa razón, sus directivos optaron por constituir una agrupación seleccionando para integrarla a los mejores instrumentistas de los cuales disponía; excepción hecha, claro está, de aquellos que dirigían los otros conjuntos que formaban parte del plantel de la casa, por ejemplo: Julio De Caro.
A los efectos de lograr el objetivo propuesto fue contratado a guisa de director artístico un hombre de amplios conocimientos musicales: el pianista Adolfo Carabelli. 
Nacido en San Fernando, provincia de Buenos Aires, el 8 de septiembre de 1893, provenía de la música clásica y hasta entonces no había incursionado en el mundo del tango. Tras comenzar sus estudios con distinguidos maestros de la época, a los quince años de edad fue enviado a Italia, siendo admitido en el Liceo de Bologna, en donde perfeccionó sus conocimientos, convirtiéndose en un destacado músico. El comienzo de la Primera Guerra Mundial generó su regreso a la Argentina, su país natal. En 1917 tuvo la oportunidad de conocer al maestro ruso Raúl Lipoff, quien había arribado a Buenos Aires acompañando a la bailarina Anna Pávlova y éste lo introdujo en el universo del jazz. 
Era ya un músico de respetable trayectoria cuando la Casa Víctor lo contrató para llevar a cabo la tarea mencionada. Y una vez seleccionados los instrumentistas, los directivos de la empresa decidieron que la flamante agrupación llevara el nombre de la casa, como forma de reafirmar el origen y objetivo de ella.
Así nació la Orquesta Típica Víctor, creada con el único fin de grabar discos. Jamás actuó en público.
Su formación inicial fue la siguiente:
Violines: Agesilao Ferrazano - Manlio Francia - Eugenio Romano
Bandoneones: Luis Petrucelli - Nicolás Primiani - Ciriaco Ortiz
Piano: Vicente Gorrese
Contrabajo: Humberto Costanzo

                                                     
                   

     De izquierda a derecha:
     De pie: Humberto Costanzo - Eugenio Romano -
     Agesilao Ferrazano - Manlio Francia
    Sentados: Ciriaco Ortiz - Luis Petrucelli -
     Nicolás Primiani - Vicente Gorrese



Como se podrá observar, Francia y Costanzo, primer violinista y contrabajista, respectivamente, de la Orquesta Fresedo, con retención de estos puestos, mantuvieron sus lugares en la Casa Víctor, con lo que trabajaban en las dos agrupaciones y grababan para ambos sellos.
Francia, además, desde 1924 colaboraba con Julio De Caro integrando la orquesta de este último pero sólo para la impresión de discos.
Él mismo lo recordaba años más tarde con estas palabras:
"...A propósito de mi trabajo con Fresedo, ocurrió algo que traería consecuencias inesperadas. En una renovación de contrato, Fresedo quedó en desacuerdo y decidió retirarse de la empresa.
[...]
Pero una iniciativa de un hombre de la empresa hizo que se formara una agrupación sin director.
[...]
La misma se llamó Orquesta Típica Víctor, formación por la que pasaron todos los grandes músicos de tango y que dejó grandes beneficios para la empresa. Esto me permitió trabajar por un largo período en este sello grabador, simultáneamente a mis labores con De Caro."
Los dos primeros registros fonográficos del conjunto se llevaron a cabo el día 9 de noviembre de 1925 y correspondieron al tango de Ángel D'Agostino: "Olvido" (números de matriz BA-702-1 y BA-702-2, del que se editó la segunda toma) y al tango de Juan Baüer: "Sarandí" (números de matriz BA-703-1 y BA-703-2, del cual también se publicó la segunda); ambas caras del disco 79608.
Entre el 16 del mismo mes y el 15 de diciembre registraron ocho grabaciones más; con lo cual, al fin de la primera temporada, sumaron diez.
La Orquesta Típica Víctor sufrió innumerables modificaciones a través de sus casi diecinueve años de existencia, producto de las disponibilidades de instrumentistas que fue teniendo la empresa.
De hecho, a las pocas semanas de su constitución, en los albores de 1926, ya se había modificado su fila de violines, que quedó integrada con Elvino Vardaro, Manlio Francia, Nicolás Di Masi y Antonio Buglione. Esta formación, con la incorporación del fagotista Renato Zaffignani y conservando el mismo trío de bandoneonistas y al contrabajista, fue la que actuó durante el mencionado año, en el que dejaron impresos en la cera veintiséis registros fonográficos.
Durante los ocho años en que formó parte del conjunto, siempre en condición de primer violín, Vardaro elevó en mucho la riqueza instrumental de la orquesta.

                                                            

Elvino Vardaro


En estos primeros tiempos, si bien no aparece oficialmente desempeñando el cargo de director, el juicio de Luis Petrucelli era sumamente influyente sobre sus compañeros. Sin embargo, su permanencia en el conjunto se limitó a menos de un año, puesto que en septiembre de 1926 viajó a New York para formar parte de la orquesta de Francisco Canaro que se hallaba trabajando en el "Club Mirador" de esa ciudad.
Por supuesto, los músicos que integraban esta agrupación, no tenían dedicación exclusiva a la misma y poco a poco y a medida que desarrollaban sus respectivas carreras, fueron alejándose de la orquesta y, como quedó aclarado, iban siendo reemplazados por otros colegas que se encontraban disponibles.
Sirva como ejemplo: Manlio Francia continuó trabajando con Fresedo hasta octubre de 1928, en que "El pibe de La Paternal" se embarcó hacia París con su orquesta, permaneciendo Francia en Buenos Aires por decisión propia.
Nicolás Primiani, Ciriaco Ortiz y Humberto Costanzo se incorporaron en 1926 a la orquesta que dirigía Juan Carlos Bazán.
Avanzado 1928, el violinista Antonio Buglione comenzó a ejercer la función de estribillista. Hasta ese momento, las grabaciones de la orquesta habían sido, sin excepción, instrumentales.
El 8 de octubre de ese año, el conjunto registra con su voz el tango de Luis Roldán y Roberto Eggers: "Piba", en única toma (Víctor 80970a/BAVE-44320-1).
Antes de concluir dicha temporada, se sumaría en idéntica tarea, el cantor Roberto Díaz.
A través de los años, fueron incorporándose a la orquesta distinguidos músicos pertenecientes al sello.
Pueden contarse entre ellos: Cayetano Puglisi, Bernardo Germino, Eugenio Nóbile, Eduardo Armani; Alfredo De Franco, Nerón Ferrazano, Carlos Marcucci, Orlando Carabelli, Federico Scorticati, Pedro Láurenz; Aníbal Troilo.
Mucho más extensa es la nómina de estribillistas que pasaron por la orquesta: además de los nombrados Antonio Buglione y Roberto Díaz, también formaron parte Juan Carlos Delson; Ernesto Famá (que grababa bajo el seudónimo "Viola"); Jaime Moreno; Armando Sentous; Alberto Gómez y su compañero de canto en dúo Augusto "Tito" Vila (cabe aclarar que Gómez, en las grabaciones en las que cantaba solo, utilizaba el seudónimo "Nico"); Carlos Lafuente; Teófilo Ibáñez; Vicente Crisera; Samuel Aguayo; Francisco Fiorentino; Eugenio Viñas; "Príncipe Azul"; Dorita Davis; "Charlo"; Luis Díaz; Oscar Ugarte; Fernando Díaz; Hugo Gutiérrez; Héctor Palacios; Lita Morales; Mariano Balcarce; Yoshie Fujiwara; Ángel Vargas; Mario Corrales;  Raúl Lavalle; Gino Forsini; José Böhr; Alberto Carol; Ortega Del Cerro; "Lito Bayardo".  
Entre 1935 y 1943 el director fue Federico Scorticati, siendo sucedido por Mario Maurano, quien fue el último en cumplir tal función. 
El postrer registro se llevó a cabo el 9 de mayo de 1944, en el que la orquesta grabó el vals de Juventino Rosas: "Sobre las olas" cantado en dúo por Jaime Moreno y "Lito Bayardo" (Víctor 60-0451b/79678-1).
Si bien la empresa formó también otros conjuntos, la Orquesta Típica Víctor constituye sin duda alguna una parte fundamental de la historia del tango.


                             "Yira ... Yira ... "; tango (E. S. Discépolo)
                  Orquesta Típica Víctor - Estribillo por dúo Gómez-Vila
                                 Grabado el 4 de septiembre de 1930
                                      Víctor 47475a/BAVE-60400-2


                         
  

jueves, 8 de octubre de 2015

OSVALDO FRESEDO Y LA ORQUESTA TÍPICA VÍCTOR - SEGUNDA PARTE

A su regreso de New Jersey, los tres (Fresedo, Delfino y "Tito"), decidieron seguir trabajando juntos y fue entonces que, incorporando al violinista Agesilao Ferrazano, formaron el conjunto denominado "Cuarteto de maestros", que tuvo destacada actuación en las principales salas porteñas de espectáculos. Cabe aclarar que Ferrazano ya había actuado con Delfino, en dúo de piano y violín, antes del viaje de este último a los Estados Unidos.
En 1921 el pianista se aleja del conjunto siendo reemplazado por Juan Carlos Cobián. Este nuevo cuarteto trabajó con renovado éxito durante todo ese año y hasta los primeros días de 1922, en que Ferrazano se separó, ingresando en su lugar Roberto Zerrillo; al tiempo que el maestro director aumentaba el número de miembros de su conjunto convocando a otros músicos. A la remozada orquesta Fresedo le cupo una destacadísima actuación en Mar del Plata en la temporada de verano de ese año, trabajando en el "Ocean Club" y en el "Club Mar del Plata". La orquesta formaba de la siguiente manera:
Violines: David "Tito" Roccatagliata - Roberto Zerrillo
Bandoneones: Osvaldo Fresedo - Luis Minervini
Piano: Juan Carlos Cobián.
Al finalizar la temporada veraniega, Zerrillo regresa a su ciudad natal (Montevideo) y Fresedo comienza a reorganizar a su agrupación. Fue entonces que los directivos de la Casa Víctor, satisfechos con sus manifiestas aptitudes tanto como instrumentista cuanto como director ( y especialmente esta última), le encargaron la formación de un conjunto para grabar discos, serie que comienza con la grabación del tango de Raúl Galmarini "Firulete", registrado el 20 de abril de 1922 (Víctor 73368b/BA-43-5).
La nueva orquesta quedó así conformada:
Violines: David "Tito" Roccatagliata - Manlio Francia
Bandoneones: Osvaldo Fresedo - Alberto Rodríguez
Piano: Juan Carlos Cobián
Contrabajo: Leopoldo Thompson
Saxofón: Francisco Ortega

                                                                             

                           Grabación registrada el 25 de agosto de 1922



Entre 1922 y 1925, la orquesta registró para la Casa Víctor el total de 161 grabaciones; 159 de ellas fueron instrumentales y dos con la voz de la por entonces novel cancionista Ada Falcón.
Con simultaneidad a esta tarea el conjunto brilló con memorables actuaciones sobre el escenario del lujoso "Abdullah Club", ubicado en el subsuelo de la Galería Güemes, Florida 165.
La formación original permaneció sólo durante el transcurso del primer año. Al comenzar la temporada 1923 Juan Carlos Cobián se alejó para formar su propia orquesta y también se retiraron "Tito" y Thompson; siendo reemplazados por José María Rizzuti, Juan Köller y Carmelo Muttarelli, respectivamente.
Aún continuaba Fresedo con su vocación por los deportes y en septiembre de 1923 obtuvo su brevete de aviador civil, tras realizar el correspondiente curso con Eduardo Olivero, uno de los pioneros de la aviación argentina.
Una vez obtenida la licencia, comenzó a viajar en su avioneta "La ratona" a la cual le dedicó un tango de su autoría. Por esa razón, la edición 1924 del anual "Baile de los aviadores" fue dedicada a Fresedo, quien en la oportunidad estrenó su tango "Desde las nubes", con letra de Amadeo Canale y dedicado "A los soñadores del espacio con motivo del 2º gran baile de los aviadores, 1924", según reza la partitura.
Esta fiesta de los amantes de la aviación se había instituido el año anterior y se realizaba cada año en alguno de los días de carnaval. La dedicada a Fresedo tuvo lugar en el teatro "Coliseo" el 29 de febrero de 1924 y contó también con el concurso de las cancionistas Linda Thelma y Azucena Maizani y el "chansonnier" (así se lo denominaba entonces), poeta y músico José Böhr.
Nuestro artista fue también un asiduo concurrente al "Baile del internado"; fiesta que, cada año, el día de la primavera, organizaban los estudiantes de la Facultad de Medicina, que también contaba con la participación de los más importantes músicos que componían tangos especialmente para la ocasión.
Así nacieron, entre otros, "El apronte", de Roberto Firpo; "El internado" y "Matasano", ambos de Francisco Canaro; "El anatomista", de Vicente Greco y otros que simplemente sus autores los titulaban con el número de la edición del baile al que estaban dedicados.  
De este modo, Fresedo compuso en 1919 el tango "El 6º" y en 1924, para la undécima y última edición de estos bailes, el tango "El 11", que con los años sería una de sus obras más célebres.

                                                          


                          Tango "El 11" compuesto por Fresedo en 1924

En este cuatrienio comprendido entre 1922 y 1925 inclusive, en el cual graba para la Casa Víctor por vez primera con orquesta propia; Fresedo compone, estrena y registra en discos una satisfactoria cantidad de obras, algunas de las cuales han pasado a formar parte de la historia grande del tango:
"Siete pelos"; "Lina"; "Penando"; "Sollozos"; "Elvirita"; "Por fin solos"; "Ídolos"; el anteriormente nombrado "La ratona"; "Gratos recuerdos"; "Aromas"; los ya mencionados "Desde las nubes" y "El 11"; "Oro y seda"; "Pobre chica"; "Muchachita de Montmartre" y "Recuerdos".
Su orquesta estuvo siempre integrada por importantes instrumentistas y compositores, siendo sin la menor duda los más destacados sus pianistas: Juan Carlos Cobián y José María Rizzuti.
De Cobián la orquesta grabó en este período: "Snobismo", "Mi refugio"; "Biscuit"; "L'Adivina"; "Mario"; "Los dopados" y "Almita herida". 
De Rizzuti registró "El cisne"; "Ta Te Ti"; "La muñeca"; "Modulando"; "Primer amor"; "Cenizas"; "El último beso"; "Tristeza gaucha"; "La pesadilla"; "El camote"; "Rosa marchita"; "Ingrata"; "Son celos"; "Hollín"; "Entre rejas", "Piedad"; "Desilusión"; "Ríe ... ríe"; "Criollo lindo" y "Risas de cabaret".
Osvaldo Fresedo era ya por entonces uno de los tres más importantes directores de orquesta (los otros eran Roberto Firpo y Francisco Canaro, que grababan para "Discos Nacional") y la principal estrella de la Casa Víctor y quien consolidó a este sello en el mercado del tango. 
Su valía fue de tal magnitud que, comenzando el último trimestre de 1925, Max Glücksmann decidió llevarlo a su empresa destinando para ello una sustanciosa cantidad de dinero y una vez logrado el objetivo y a guisa de bienvenida, en el primer disco que grabó Fresedo para su sello, unió a la orquesta con la voz de Carlos Gardel.                                           
(ver:http://lahistoriadeltango.blogspot.com.ar/2014/07/la-trilogia-de-protagonistas-femeninos.html).
A la sazón, la misma formaba de la siguiente manera:
Violines: Manlio Francia - Adolfo Muzzi - Juan Köller
Bandoneones: Osvaldo Fresedo - Alberto Rodríguez
Piano: José María Rizzuti
Contrabajo: Humberto Costanzo
La ida de Fresedo representó una pérdida fundamental para la Casa Víctor, tanto que para reemplazarlo, los directivos de la empresa tomaron la decisión de formar un conjunto uniendo en él a los mejores músicos que formaban parte de ella, al que denominaron con el nombre del sello, dando así inicio a la historia de una agrupación que dejara una huella importante en la historia del tango: la Orquesta Típica Víctor.


                            Sonsa!; tango (E. Fresedo - R. de los Hoyos)
                                           Orquesta Típica Fresedo
                                      Grabado el 24 de junio de 1925
                                             Víctor 79565a/BA-619-1

                                                    
                     

viernes, 21 de agosto de 2015

OSVALDO FRESEDO Y LA ORQUESTA TÍPICA VÍCTOR - PRIMERA PARTE

Bandoneonista, compositor y director; figura consular del tango, Osvaldo Nicolás Fresedo nació en Buenos Aires el 5 de mayo de 1897. Ha sido uno de los más importantes músicos de toda la historia del tango.
Con estas palabras, él mismo relató sus primeros años:
"Desde chico me gustaron los deportes. No puedo decir lo mismo del tango, porque recién lo descubrí en mi adolescencia. Pero, claro está, en casa lo más importante era la faz comercial en la que se manejaba mi padre. Por eso nos mudamos desde el centro a Ramos Mejía, de allí al barrio de Almagro, más tarde a Floresta y posteriormente a La Paternal. Tenía trece años cuando nos instalamos allí. Entonces descubrí al tango. A mí me gustaba de alma el deporte, al punto que a los once años gané una carrera pedestre que se organizó en la plaza Vélez Sarsfield. Como concurría a un colegio de Flores, solicité que me compraran una bicicleta para recorrer diariamente la distancia que separaba mi casa de la escuela. Y ya que contaba con un elemento de transporte, aproveché mi tiempo libre empleándome como cadete en una librería. 
Juntamente con mis hermanos Emilio y Héctor, para ese tiempo, fundamos un club de fútbol por nuestro barrio. Precisamente en ese entonces comencé a escuchar los primeros tangos. Supongo que habrá sido por medio de organitos. Lo cierto es que cuando tenía quince años, frecuentaba el café "Venturita", porque me apasionaba escuchar al trío de Augusto Berto, al que completaban Canaro y Domingo Salerno. Me apasionó el bandoneón y me decidí a ahorrar dinero, de cualquier forma, con tal de adquirir uno. Empecé con una concertina, a falta de posibilidades mayores. 


                                          

  Augusto Pedro Berto    



Con otros muchachos del barrio, además de fútbol, nos animábamos a tocar algún que otro tanguito. Cuando inicié mis estudios secundarios, en la Academia Pagano adquirí un bandoneón. Por supuesto en mi casa no sabían nada. No sé cómo, conseguí que un cochero de plaza, un tal Carlos Besio, me enseñara las primeras notas del instrumento. Para ello abandoné mis estudios. Porque desde mi casa salía decidido a concurrir a la academia.  Y en el camino enfilaba hacia donde podía tocar el bandoneón. Al poco tiempo, este hombre ya no tenía nada más que enseñarme. Y me inscribí en una academia musical con Pedro Desrets, quien me enseñaría solfeo y teoría."
En un momento determinado, mi padre se enteró de que yo había dejado de lado mis estudios. Entonces tomó una decisión extrema: me echó de mi casa. Después de vivir un tiempo en una piecita que me prestó Nelo Cosimi, aquel que fuera el primer actor del cine argentino, regresé a mi casa. Esta vez sí, mi padre aceptó mi vocación por el tango. Entonces, en una casa que linda con las vías de la estación Paternal, instaló un café para que yo tocara allí y no me fuera de noche por ahí ... Toqué con José Martínez. [...] En 1914 se produjo mi "debut profesional" en el café "Paulín". De allí pasé al "Maldonado". Y más tarde en el "ABC", con Manuel Aróztegui como pianista. Tal vez por ese tiempo comenzaron a llamarme "El pibe de La Paternal". Era una manera de diferenciarme de otros bandoneonistas. Fue una época en que toqué en academias (es decir, casas de baile) y formativos, aquellos sitios donde la mujer cobraba por bailar. Hasta que en 1916, Francisco Canaro me convocó para tocar en los bailes de Carnaval del teatro "Politeama" de Rosario. Como se le había ido Vicente Greco, José Martínez vino a buscarme. A mi regreso a Buenos Aires formé mi primera orquesta. Un cuarteto que completaban José Pracánico en el piano, Emilio Fresedo y Francisco Confeta en violines. Trabajábamos en una academia situada en Cuyo al 1100. 
Una noche llegó "Tito" Roccatagliata para ofrecerme actuar en el cabaret Montmartre. Es que él, junto con Arolas y Juan Carlos Cobián, abandonaban el sitio y buscaban otro conjunto que los reemplazara. Llamé a José Martínez y a Rafael Rinaldi. Y se agregó, a instancias de Martínez, el mismo Canaro. De allí pasamos al Royal Pigall y al poco tiempo reemplacé a Arolas en el trío con Cobián y "Tito". [...]


                                                             

Tango "Royal Pigalle" compuesto en 1916


Éste era un trío de bandoneón, violín y guitarra, puesto que el pianista Juan Carlos Cobián ejecutaba este último instrumento como gran novedad del momento, actuando en los cabarets "Armenonville" y "L'Abbaye" y grabó dos discos (cuatro temas) a fines de 1917 para el sello Tele-phone según el siguiente detalle:
Disco 3066: "Buenos Aires tenebroso"; tango (David "Tito" Roccatagliata)
                   "Amoníaco"; tango (Osvaldo Fresedo)
Disco 3082: "La cumparsita"; tango (Gerardo Matos Rodríguez)
                   "Don Pancho"; tango (Osvaldo Fresedo)

Al año siguiente, la empresa Lombart inauguró el "Casino Pigall" en Maipú 340, con la única actuación de la orquesta tzigana "Mirabell", al que se le incorporaría en forma eventual y sólo para la ejecución de tangos, un bandoneón. Para tal tarea, fue convocado Fresedo. Y fue tal el éxito obtenido por "El pibe de La Paternal", que la empresa le propuso la formación de una orquesta típica para alternar con el conjunto tzigano.
Fresedo formó su agrupación de la siguiente manera:
Violines: Julio De Caro - Juan Köller
Bandoneón: Osvaldo Fresedo
Piano: José María Rizzuti
Contrabajo: Hugo Baralis
Esta orquesta trabajó allí durante un año hasta que en 1920 los directivos de la Casa Víctor, decididos a competir seriamente con la empresa Odeón (que lideraba el mercado del tango con sus dos grandes estrellas (Roberto Firpo y Carlos Gardel), contrataron a Fresedo y a "Tito" para integrar una orquesta típica y para el lugar que ocupaba Cobián fue convocado Enrique Delfino, a quien ellos conocían por haber grabado en 1917 solos de piano para la empresa. Viajaron a la casa central de la Víctor, ubicada en la ciudad de Candem, Estado de New Jersey y una vez allí el conjunto se completó con el violinista chileno Luis Infante Arancibia ("Luis Alberto Infantas") y el violonchelista germano-estadounidense (de formación clásica) Alfred Lennartz. Entre el 24 de agosto y el 2 de septiembre de 1920 registraron 50 grabaciones, comenzando la serie con el tango de Augusto Pedro Berto: "Don Esteban" (Víctor 72804a/B-24401-2) y finalizándola con la grabación del tango de Fidel del Negro: "Alma cansada" (Víctor 72899a/B-24450-1). 
A guisa de culminación de los registros de esta orquesta, el 3 de septiembre, Delfino grabó cuatro solos de piano: 
"Delfy", tango (A. A. Aieta), matriz Nº B-24451-5 y "Flor de fango", tango (A. A. Gentile), número de matriz B-24452-1 [ambas caras del disco Víctor 72831]; 
"Amores viejos", tango (E. Delfino), matriz Nº B-24453-2 y "Raulito", tango (E. Delfino), matriz B-24454-1 [que integraban el disco Víctor 72902). 
Y la totalidad de grabaciones se completó ese mismo día con dos solos de bandoneón por Fresedo: "Bélgica", tango (E. Delfino), matriz B-24455-2 y "Nueva York", tango (O. N. Fresedo), matriz B-24456-2 [las dos caras del disco Víctor 72966].


                                    Panchito; tango (O. N. Fresedo)
                                           Orquesta Típica Select
                                   Grabado el 26 de agosto de 1920
                                        Víctor 72808b/B-24409-1

                                                 
                   






















domingo, 19 de julio de 2015

LA EXTRAORDINARIA CARRERA ARTÍSTICA DE "CHARLO" - CUARTA PARTE

A partir de 1929, "Charlo" comenzó a grabar con acompañamiento de guitarras, alternando estos registros con aquellos con las orquestas Canaro y Lomuto. En rigor de verdad, ya lo había hecho en 1925 cuando grabó sus primeros discos. Fue una serie de 20 registros para el sello "Electra" secundado por los guitarristas Vicente Spina y Miguel Correa y el 14 de diciembre de ese año, dos más para la Casa Víctor, con similar acompañamiento.
Pero a partir del año citado, 1929, comenzó a grabar con guitarras con regularidad. Su primer conjunto, que lo secundó en sus discos para la empresa de Max Glücksmann, estaba integrado por Ángel Iglesias, Héctor Besada y Andrés Arrieta, conjunto que lo acompañó hasta los últimos días de la temporada 1931, cuando el cantor comenzó a grabar nuevamente para Víctor, ocasión en la que Iglesias fue reemplazado por Ceferino Alonso. A partir de entonces, grabó simultáneamente con guitarras, con la orquesta de Francisco Canaro (al mismo tiempo como solista y estribillista), con la Orquesta Típica Víctor y la Típica de Adolfo Carabelli y en ambos sellos (Nacional y Víctor). Realizó registros en dúo, entre otros, con Ada Falcón, Ángel Ramos, Luis Díaz , Mercedes Simone y ya en las postrimerías de su carrera, con quien fuera su compañera de vida por entonces: la actriz y cancionista Sabina Olmos.



                 

"Charlo" en 1933 con Ignacio Corsini, Libertad Lamarque y Mercedes Simone


A lo largo de su tan extensa cuanto exitosa trayectoria, "Charlo" llevó a cabo numerosas presentaciones en teatros, radios y sitios varios dedicados al espectáculo, siendo acompañado por diferentes conjuntos, como el trío que integraban Federico Scorticatti en bandoneón, Osvaldo Pugliese en piano y José Gallastegui en el violín; las orquestas Demare-Vardaro; Héctor Stamponi; Roberto Pansera y Osvaldo Requena y en discos, una grabación el 8 de enero de 1934 con el trío de Ciriaco Ortiz; en 1958 en Venezuela cinco registros con él mismo en piano y Emilio Muñoz en órgano; en 1960 en España otros doce con la orquesta dirigida por el maestro Salvador Ruiz de Luna y en el mismo año y país, en sus dúos con Sabina Olmos, se acompañaba a sí mismo con acordeón. Ejecutando este instrumento también registró grabaciones solistas y entre 1934 y 1940, grabó con un nuevo conjunto de guitarras que integraban Héctor Besada, Roberto Grela, Ceferino Alonso y Eduardo Arana, interviniendo en ocasiones Avelino Casao y Edmundo Rivero.
A partir de ser representado por José Razzano, realizó una extensa trayectoria internacional que incluyó a varios países: Brasil, Chile, Venezuela, Panamá, Estados Unidos, Cuba, España, Portugal, Francia y también Bélgica. Don "Pepe", con su reconocida maestría, dirigió de manera exitosa la carrera de su representado.
En uno de los tantos reportajes que concedió y refiriéndose a estos viajes, habló sobre algunos de ellos y en su narración, incluyó un incidente que felizmente tuvo un desenlace favorable:
"[...] Viajé mucho y siempre con éxito. En Chile, donde debía quedarme un mes, estuve cuatro meses y medio. En Cuba estuve nueve meses. En Venezuela también tuve éxito. Sólo no pude actuar en New York: estuve seis meses separado de mis músicos. En aquel momento en Estados Unidos había 80.000 músicos inactivos. Mis guitarristas quedaron "confinados" en Eli Island, una isla donde se alojaban todos los artistas desocupados. Cuando pude sacarlos de allí, después de seis meses de gestiones, mi apoderado, José Razzano, me había conseguido un contrato en Buenos Aires. Y así, por suerte, pudimos volvernos".


                                                                 

  "Charlo y José Razzano en el teatro "Latorre" - Antofagasta - Chile - 1938 

Nuestro artista fue, además, un destacado actor cinematográfico, siendo sus películas más importantes: "El alma del bandoneón" (1935); "Puerto Nuevo" (1936); "Carnaval de antaño" (1940); "Los muchachos se divierten" (1949) y "Los troperos" (1953). Asimismo, descolló en su tarea de compositor, dejando para la posteridad una interesante cantidad de obras, algunas de ellas fundamentales en la historia del tango, como "El viejo vals"; "Cobardía"; "Rencor"; "Tormento"; "Horizontes"; "Ave de paso"; "Rondando tu esquina"; "Sin lágrimas"; "Tu pálida voz"; "Un sueño y nada más".
Su amistad con José Razzano fue entrañable. Baste como ejemplo aquella carta que le escribiera desde La Habana el 25 de junio de 1947 y que comienza así:
"Querido Pepe: Te estoy oyendo: "Qué pasará!..." cuando recibas esta carta. Y yo te digo "nada". Ya sabés de sobra cómo te quiero, que eres uno de mis más grandes afectos. Que siempre fuiste para mi, padre, hermano y amigo, todo junto [...]".
Pero el destino le tenía reservada una gran tristeza: la de no haber podido despedir a su tan querido amigo "Pepe", puesto que se encontraba trabajando en España aquel infausto 30 de abril de 1960, el día en que el viejo corazón de Razzano dejó de latir y su dueño entró en la gloria reservada para los grandes de verdad.
"Charlo" falleció el 30 de octubre de 1990 y de no habernos regalado la vida al inigualable Carlos Gardel, hubiese sido el más importante cantor de toda la historia del tango.



                         Mi provinciana; tango (M. Romero - G. H. Matos Rodríguez)
               "Charlo" - Guitarras: Héctor Besada - Andrés Arrieta - Ceferino Alonso
                                        Grabado el 30 de diciembre de 1931
                                              Víctor 37129a/BAVE-66585-1

                                                          
                            

                                                    

















miércoles, 22 de abril de 2015

LA EXTRAORDINARIA CARRERA ARTÍSTICA DE "CHARLO" - TERCERA PARTE

Para la fecha que estamos transitando, "Charlo" ya era uno de los intérpretes más importantes y requeridos. Él mismo se encargó de detallar sus actividades de entonces con estas palabras:
"[...] Ensayaba todos los días, cinco horas. Pero mi actividad comenzaba a las ocho de la mañana: en la terraza de mi casa hacía gimnasia diariamente. 
Luego venía a casa mi profesor de canto: Enrico Castronuovo. Grababa con Canaro, con Lomuto y como solista. Tenía radio tres veces por semana. Hacía fines de fiesta en dos o tres cines, en dos secciones. Era muy difícil que me encontraran fuera de mi casa después de la una. En 1929 me llamaron del Uruguay para inaugurar el cine Rex, de la cadena de Max Glücksmann. Cuando llegué a Montevideo, Eduardo Messutti, jefe de prensa de Odeón, quien tenía un hijo empresario del teatro 18 de Julio, me solicitó que me presentara allí. En ese momento estaba la compañía de Antonio De Bassi y estaban atravesando un mal momento. La cuestión es que actué allí, antes del Rex y con tal éxito que, según tengo entendido, la compañía recuperó sus pérdidas. 
Hay que sumarle a esa actividad los concursos de Glücksmann. En el mismo día se abrían los sobres, la orquesta lo ejecutaba y yo debía estudiar letra y música ... Demasiado.
Todo se sumó para que sobreviniera un surmenage.
[...]
Yo nunca me di cuenta que tenía los nervios destrozados hasta que comencé a practicar esgrima. Enrique Lúpiz, quien venía a verme a la radio, se propuso hacer de mí otra persona. Gracias a él y al deporte, en tres meses cambié totalmente."



                                                    

"Charlo" con Ignacio Corsini en 1931


En 1930 y 1931 coincidieron los tiempos culminantes de "Charlo" y de Francisco Canaro. La conjunción de cantor y orquesta pasaba por su momento cumbre. Los triunfos se sucedían sin solución de continuidad. El maestro "Pirincho" había elevado en mucho la jerarquía de su conjunto con el regreso al mismo (al comenzar la temporada del '30) del excelso violinista Cayetano Puglisi, quien volvía tras haber hecho su propia experiencia como director.
Más allá de los gustos personales, que siempre son opinables, la orquesta Canaro de esos años puede ser considerada como la mejor de toda la historia del tango. La perfecta integración que habían conseguido sus músicos, todos de excelente nivel, sumada a la sabia mano del director, permitía arrancar de los instrumentos sonidos armoniosos que elevaban al máximo la calidad de las melodías que interpretaban y esta afirmación puede ser comprobada especialmente en sus grabaciones con cantor-estribillista, en las que la orquesta ofrece su mayor lucimiento.
Este conjunto formaba de la siguiente manera:
Violines: Cayetano Puglisi - Octavio Scaglione - Marcos Larrosa -
              Bernardo Stalman - Mauricio "Mise" (Mauricio Miseritzky)
Bandoneones: Ciriaco Ortiz - Juan Canaro - Ángel Ramos - Federico Scorticatti - 
                      Horacio Gollino
Piano: Luis Riccardi
Contrabajo: Olindo Sinibaldi
Riccardi cumplía también la función de arreglador de la orquesta y Ramos alternaba su labor como bandoneonista con la de cantor, tarea que desarrolló realizando varias grabaciones en dúo con "Charlo" quien, además, formó otro y muy exitoso con Ada Falcón, siempre bajo la insuperable dirección del maestro Canaro.



                                                               

Fotografía de Francisco Canaro dedicada a "Charlo" en 1931


Las extraordinarias virtudes de cantante que poseía nuestro artista fueron descriptas de forma exacta por la máxima autoridad en la historia de las orquestas típicas, el historiador Dr. Luis Adolfo Sierra, palabras tan justas que con ellas no se puede menos que coincidir y destacar.
"Expresó Charlo un mensaje de elocuente contenido emocional y honda creatividad de una bien adquirida escuela de canto. 
Voz potente y caudalosa de barítono atenorado, perfectamente impostada, de tan agradable timbre como homogénea ductilidad. Registro espontáneo y admirable afinación desprovisto de esforzadas estridencias o arrebatos operísticos y siempre con legítimo sentido de tango, sin amaneramientos efectistas [...] Cualidades todas de "Charlo" [...]
La calidad y la fuerza expresiva, con el manejo seguro de inflexiones inteligentemente  condicionadas al contenido argumental y sonoro propuesto fueron atributos irrebatibles del notable intérprete. [...]
"Charlo fue por excelencia el cantor de sólida formación académica que supo agregar al tecnicismo de su escuela musical toda la frescura y la comunicativa espontaneidad que debe prevalecer en todas las formas del canto, preferentemente en las manifestaciones de música popular. Al cantor de excepcionales aptitudes debe agregarse un músico integral de sólidos conocimientos y dominio absoluto del piano, de la guitarra, del acordeón y del arreglo instrumental. Tres eximias aptitudes interpretativas complementaron su tan brillante y prolongada trayectoria profesional. [...] 



                          Ilusión marina; vals (J. Sureda - A. Sureda)
                             "Charlo" - Orquesta Francisco Canaro
                                   Grabado el 2 de julio de 1931
                                         Nacional 16270a/6749


                   
                                                    



                                          






jueves, 19 de marzo de 2015

LA EXTRAORDINARIA CARRERA ARTÍSTICA DE "CHARLO" - SEGUNDA PARTE

Fue el primer estribillista de la orquesta de Francisco Lomuto y el único hasta la incorporación, en 1931, de Fernando Díaz. Durante ese lapso lo fueron también, pero sólo ocasionalmente, Antonio Buglione y Herberto De Costa, que cantaba con el seudónimo "Príncipe Azul". Y en paralelo con la incorporación de Díaz, lo fue también su compañero de dúo: Alberto Hilarión Acuña.
Por entonces ya era conocido como "Charlo". Fue Enrique Del Ponte quien así lo bautizó. Y él lo recordaba con estas palabras:
"Todo surgió en Radio Cultura. Enrique Del Ponte, quien como dije era el director, me sugirió cambiarme el nombre, porque era demasiado largo.
Me preguntó un día:
- No te gustaría "Charlo"?
Yo dije que sí enseguida. No por el nombre, ya que me daba lo mismo, sino porque no quería que mi familia se enterara. Para entonces ya nos habíamos radicado en Buenos Aires y yo ... tenía que seguir mis estudios."
Su actuación otorgó un mayor lucimiento a la ya por entonces consagrada orquesta Lomuto, que por entonces formaba de la siguiente manera:
Violines: Leopoldo Schiffrin - Carlos Taverna - Armando Gutiérrez
Bandoneones: Daniel Álvarez - Luis Zinker - Haroldo Ferrero
Piano: Oscar Napolitano
Contrabajo: Alfredo Sciarretta
Clarinete: Carmelo Águila
Pistón: Natalio Nappe
Batería: Desio Salvador Cilotta



                                              

                                         Orquesta Francisco Lomuto

"Charlo" había abandonado su carrera universitaria por el canto. Y trajo a su memoria aquella decisión:
"Estuve por recibirme de abogado, pero dejé la carrera. Mi padre me enfrentó y me dijo:
- O te inscribís en la Facultad o te olvidás de que ésta es tu casa.
Yo hacía bastante tiempo que había abandonado la carrera. Ahora pienso que mi padre fue muy blando, que me dejó hacer lo que quería. Son cosas irreparables, yo me hubiera recibido muy pronto. Pero estoy muy feliz de haber tomado este camino, no me arrepiento. Si tuviera que empezar nuevamente, volvería a hacerlo."
Se incorporó a la orquesta Canaro en febrero de 1928, cuando se alejaron de la misma Agustín Irusta y Roberto Fugazot, quienes grabaron para ese conjunto hasta fines de 1927.
Durante prácticamente un año y medio (hasta la llegada de Ada Falcón) fue el único cantor estable de la agrupación. En ese lapso también grabaron, pero realizando unos pocos registros Anita Palmero, Luis Scalon y Olinda Bozán.



                                                        

                           Orquesta Canaro y su cantor "Charlo" en 1928

Francisco Canaro en sus "Memorias" narró el proceso de contratación de "Charlo" que ocurrió al comenzar una gira, matizando su relato con una anécdota pintoresca.
"Ese año, 1928, fui contratado para amenizar los bailes de Carnaval en el "Teatro Cervantes" [...]. 
Una vez finalizados dichos bailes, me dediqué a organizar mi primera gira por el interior del país.
[...]
Una vez planeada la gira, organicé un pequeño espectáculo. Contraté a Charlo y salí con mi orquesta a visitar una serie de localidades [...]
En mi excursión por la República, recuerdo que actuamos en un pueblo de la provincia de Córdoba, llamado "Cabrera". Era una especie de "Café-Concert" que tenía un escenario muy chiquito donde debía actuar la orquesta. Tan reducido resultaba dicho escenario que yo tenía que dirigir colocado tan a la orilla del proscenio, que la pierna izquierda la ponía bien al borde y el talón sobresalía hacia afuera. De telón tenía una cortina que para correrla se usaba un piolín y no había persona encargada de esa tarea. 
Tuvo que hacerlo personalmente Charlo, quien tiraba del piolín y el escenario quedaba entonces al descubierto. Pero ocurrió que en una de esas corridas y descorridas, justo al finalizar el espectáculo, Charlo tiró demasiado fuerte del piolín, que se había enredado en un nudo, y se cortó con tan mala suerte que se enredó conmigo que estaba haciendo verdadero equilibrio al canto de la embocadura, lo que determinó que yo cayese sobre la mesa de unos espectadores y el percance no pasó a mayores porque el proscenio no tenía más de un metro y veinte centímetros de altura. De tal suerte que no fue más que el susto coreado con grandes carcajadas por el público. 
Con varias alternativas de análoga especie, por la reducida dimensión de los escenarios y de sus accesos, finalizó aquella gira cuyo éxito artístico y financiero resultó sin precedentes en esta índole de atracciones."




                   Yo no sé qué me han hecho tus ojos; vals (F. Canaro)
                     Orquesta Francisco Canaro - Estribillo por "Charlo"
                                 Grabado el 5 de diciembre de 1930
                                              Nacional 4711a/6481