Mordechai David Glücksmann nació el 8 de marzo de 1875, en Czernowitz, Ucrania; que, a la sazón, formaba parte del Imperio austro-húngaro. A la edad de 15 años decidió independizarse y partió hacia Argentina. Era 1890 y el país se encontraba en plena Revolución del Parque (una insurrección cívico-militar protagonizada por la Unión Cívica liderada por Leandro N. Alem, Bartolomé Mitre, Aristóbulo del Valle y Bernardo de Irigoyen; entre otros). Enmarcado en la profunda crisis económica y el malestar provocado por el permanente fraude electoral, los "Cívicos" decidieron tomar en la madrugada del 26 de julio el Parque de Artillería de la ciudad de Buenos Aires, con intenciones de provocar la renuncia del presidente Miguel Juárez Celman, perteneciente al Partido Autonomista Nacional. Durante tres días se produjeron numerosos enfrentamientos que dejaron un saldo incierto de aproximadamente 150 muertos. Al llegar a Buenos Aires, con un amigo que había conocido en el barco, quedó atrapado en el fuego cruzado entre partidarios y opositores de la Revolución. Mordechai sobrevivió. Su amigo no. Caminando por las calles de la ciudad, se encontró con la Casa Lepage; del barón belga Enrique Lepage, Bolívar 375, que se dedicaba a la fotografía. Empezó trabajando como cadete y fue escalando posiciones hasta llegar a gerente. Pronto pasó a ser "Max". En 1896 se realizó la primera proyección fílmica en Buenos Aires, en el teatro Odeon, a la que asistieron Lepage, Glücksmann y Eugenio Py, que también trabajaba en la empresa. Max comprendió de inmediato el impacto social que significaría el cine y partió a París a negociar con los hermanos Lumiére la compra de su producto. No se lo vendieron. Entonces adquirió un cronofotógrafo Elgé, del inventor Leon Gaumont. Y consiguió algo más importante: un contrato para la representación exclusiva en América del Sur de la casa Pathé Freres. Así, la Casa Lepage fue la primera en importar y vender aparatos proyectores y filmadoras. Glücksmann no se quedó solamente con este negocio. En 1900, cuatro años después del invento de los Lumière, produjo el primer documental de la historia argentina, junto con Eugenio Py: la visita del presidente brasileño Campos Salles. Abrió así una empresa que producía documentales y noticieros para el cine. En 1908, Lepage regresó a Europa y Max le compró la sociedad. Fue el gran salto. Una de sus características fue la diversificación, y su visión le permitió anticiparse al avance tecnológico. En 1904, fue designado licenciatario de la empresa alemana International Talking Machine Company, dueña de la discográfica Odeon, para la importación y venta de discos y fonógrafos. Para 1914, había capturado el mercado discográfico del tango. Y fundó su propia empresa a la que llamó "Disco Nacional". Contrató entonces a la más importante orquesta de aquel tiempo: la que dirigía el maestro Roberto Firpo. Paralelamente, fue abriendo salas de cine-teatro: en 1919 inauguró el Grand Splendid, Santa Fe 1860, en cuyo primer piso instaló el estudio de grabación. Glücksmann también fue dueño del Palace Theatre y del Select Lavalle, y llegó a tener más de 100 salas en Buenos Aires y Montevideo. En 1922 vio otra veta con el Pathè Baby, un proyector y cinematógrafo familiar. No se equivocó: fue un éxito de ventas entre la clase más acomodada de la sociedad argentina. Dos años después tuvo la idea de crear, para fomentar la industria fonográfica, un Concurso del Disco Nacional. En total fueron nueve: siete en Buenos Aires y dos en Montevideo. Constituyeron un auténtico triunfo para él y nuestra música. Los tangos nuevos que allí fueron presentados, los dieron a conocer las mejores orquestas: Roberto Firpo, Francisco Lomuto, Osvaldo Fresedo y Francisco Canaro. El que nos ocupa en esta serie que narra el debut de Gardel en París, es el quinto; llevado a cabo en 1928 en el Palace Theatre animado por la orquesta de Francisco Canaro y su cantante-estrella Charlo. Luego de haber grabado los tangos "Piedad" y "Te aconsejo que me olvides"; que hemos compartido en las dos primeras partes de esta saga, nuestro artista registró otro de los premiados en el citado certamen y fue un tango de uno de los binomios más celebrados de nuestra música: el que integraban el poeta Francisco García Jiménez y el bandoneonista Anselmo Aieta. En su libro "Así nacieron los tangos", el letrista realizó un panegírico de su compañero e hizo expresa referencia a ese tango con estas palabras: "[...En 1928, Aieta es un músico predilecto del pueblo.] [...] A fines de ese año, en un torneo de tangos del disco Nacional, el público conoce su última producción:
Alma, que en pena vas errando, acércate a su puerta, suplícale llorando ...
Carlos Gardel, Ignacio Corsini, Azucena Maizani; las orquestas de Firpo, Lomuto, Canaro, una diva del Colón: Nena Juárez y tantos otros intérpretes lanzan <Alma en pena> a la popularidad inmediata."
Alma en pena; tango (F. García Jiménez - A. A. Aieta)
Carlos Gardel
Guitarras: José María Aguilar - José Ricardo - Guillermo Barbieri
Grabado el 10 de octubre de 1928
Nacional 18252a/Ki 1851-2 (correspondiente a la segunda toma)