Un testigo privilegiado del éxito de Gardel en París fue el poeta César Vedani. Su narración, cuyos primeros párrafos se encuentran en la octava parte de esta saga, continuó con estas palabras:
"Yo procuraba ir dándoles noticias rápidas de la gente querida del ambiente porteño. Él me escuchaba atento sin descuidar sus preparativos. Ricardo, Barbieri y Aguilar templaban y afinaban sus guitarras, sin perder de vista el aspecto de la sala que se apreciaba perfectamente desde un pasadizo del
camarín que daba a la tertulia alta del teatro.
Aguilar comentó: - ¡Cómo está el público, Carlos! -
Me llamó la atención el tono del comentario y me acerqué a mirar.
La sala impresionaba.
En ese momento estaba actuando una famosa jazz estadounidense y el público le acompañaba el ritmo ¡golpeando las cucharillas de las tazas de café!...
Gardel, ya vestido, se acercó tras de mí y echó un vistazo. Le oí murmurar: - Bueno, bueno... Están para la jarana...
Simultáneamente se presentó el <regisseur> en el camarín, llamando al cantor para su actuación.
Gardel me miró y se despidió de mí con estas palabras donde había una vaga preocupación:
-Bueno, pibe... Vamos a ver qué pasa... Y bajó con sus guitarristas.
Yo pasé a la galería alta y me quedé anhelante, asomado, esperando eso: ver qué pasaba...
De otras galerías más altas del teatro arrojaban sobre la sala globos luminosos. Sonaban las matracas...
Y vi que en medio de un indescriptible rumoreo entraba al cuadro de luz escénico el anunciador cuya voz potente apenas se sobreponía al estrépito: -Madames! Messieurs! Le chanteur argentin Charles Gardel!
El rumoreo no cedió. Se ubicaron el cantor y sus acompañantes. Sonaron las guitarras. Empezó a cantar Gardel sobre aquel fondo confuso de murmullos y ruidos. Y a la primera estrofa se apagaron los ruidos. Y enseguida se apagaron los murmullos. Lo escucharon en un silencio más impresionante
que el bullicio de antes. Lo ovacionaron al terminar. Y cantó otra vez y sucedió lo mismo. Y otra vez más... ¡dueño y señor del gentío cautivado! Yo estaba aferrado a la baranda de la galería, viendo el milagro, con mi corazón lleno de júbilo, con mi cara llena de lágrimas..."
Cabe aclarar que Gardel había tomado por costumbre que primero actuaran sus guitarristas solos para ir preparando el ambiente y cuando el público se encontraba enfervorizado esperando al cantor, Carlos comenzaba con sus interpretaciones.
Hubo un proyecto de Razzano que no se concretó sobre que ellos tres siguieran grabando de forma instrumental. Así se lo hizo saber a Barbieri:
"Con respecto a las grabaciones de guitarras solas yo creo que no hay derecho a no hacerlas pues se venden bastante. He conversado con don Enrique al respecto y hemos quedado en que ustedes grabarían un disco por mes, hasta que yo resolviera lo contrario; pues de esta manera le pongo trabas a
otros guitarristas que están grabando en la casa y no tienen los títulos adquiridos por ustedes.
Únicamente les ruego grabar con suma perfección; equivale decir, grabar con más ensayo y obras que no pertenezcan a ustedes; pues en el repertorio de la Casa Glücksmann hay muchas obras que son una maravilla para guitarra, como ser los tangos antiguos y los fox-tros [sic] americanos o bien tangos que
sean de éxitos recientes..."
(Carta de Razzano a Barbieri fechada en Diciembre 12)
El mismo día, fue el guitarrista quien le escribió a él para enterarlo de la marcha de los acontecimientos:
"En ésta comienza a sentirse el frío bastante; llueve todos los días; el sol no se ve nunca y obscurece a las cuatro de la tarde. La gente de vento empieza a irse a Niza, Cannes y Monte Carlos [sic]; loscabarets están aflojando, incluso el Florida que es el más concurrido; creo que estaremos hasta los
primeros días de enero...
[...]
El empresario se ha ido a Sevilla para ver si consigue un cabaret..."
(Carta de Barbieri a Razzano fechada en Diciembre 12)
Finalmente, Pierotti confirmará la actuación de Gardel en dicha ciudad española.
La grabación siguiente a la de "Manos brujas" correspondió a otra obra de Aguilar y Bourgeois: el vals "Añoranzas". Hasta la incorporación del guitarrista al acompañamiento de Gardel, Carlos le había grabado una sola obra: el tango "Milonguera" en 1925.
De hecho, este vals databa de ese mismo año y había sido estrenado y grabado por Ignacio Corsini cuando Aguilar era su guitarrista (Nacional 18430b/2541). Lo mismo ocurrirá con el tango "Trenzas negras" (Nacional 18442a/2697) y que Gardel grabará en esta serie francesa el 1 de marzo de 1929.
La sesión del 22 de diciembre de 1928 se completó con tres registros más:
"Pobre mi gaucha"; cifra por Ambrosio Río y de la cual no se han hallado otras versiones.
"Nelly"; vals por Héctor y Luis Bates; obra de gran éxito y grabada según el siguiente detalle:
el 10 de septiembre: Francisco Canaro cantando Charlo en calidad de estribillista (Nacional 4463a/3135)
el 5 de octubre: Charlo en carácter de solista acompañado por la orquesta de Francisco Canaro (Nacional 16207a/3310)
el 24 de octubre: Ignacio Corsini con las guitarras de Armando Pagés, Rosendo Pesoa y Enrique Maciel (Nacional 18568b/3388)
el 29 de octubre: Azucena Maizani acompañada por Enrique Delfino en piano y Manuel Parada en guitarra (Nacional 11067a/3398-1)
el 1 de diciembre: Francisco Lomuto con el estribillo por Charlo (Nacional 7787b/3574) y
en fecha que la grabadora ubica en el invierno meridional, sin precisar el día: Orquesta Adolfo Carabelli (Víctor 80947a/BAVE 44274).
"Paseo de Julio"; tango por Emilio Fresedo. Grabado también por José Servidio en fecha no identificada de 1928 (Electra 798/383).
A partir de la incorporación a su repertorio, "Añoranzas" pasó a ser tenido muy en cuenta por Gardel, tanto que fue uno de los temas elegidos para sus primeros cortometrajes filmados dos años después.
En la grabación, Carlos trueca el orden de las estrofas IV y V; y al final, repite la III y la V.
Añoranzas; vals (M. Bourgeois - J. M. Aguilar)
Carlos Gardel
Guitarras: José María Aguilar - José Ricardo - Guillermo Barbieri
Grabado el 22 de diciembre de 1928
Nacional 18262a/Ki 2078-1
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