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viernes, 19 de septiembre de 2014

LA EXTRAORDINARIA CARRERA ARTÍSTICA DE CHARLO - PRIMERA PARTE

No pocas controversias ha generado entre historiadores y biógrafos la fecha de nacimiento y el apellido reales de "Charlo". En lo que no existe discusión es acerca de su valía como uno de los máximos exponentes de toda la historia del tango.
Cantor -con seguridad el más importante después de Carlos Gardel- poeta, músico y ejecutante de piano y acordeón, su carrera fue una de las más extensas y exitosas que puedan citarse.
Finalmente, como resultado de confiables investigaciones realizadas a lo largo de muchos años, puede llegarse a la conclusión que nació en la estancia "La Piedad", ubicada entre las estaciones ferroviarias de Guatraché y Avestruces, en la provincia de La Pampa, el 6 de julio de 1906.
Hijo de Carlos Fidel Pérez y de Teresa Urdinola, su padre lo inscribió recién al año siguiente en el registro civil de Puán, con el nombre de Carlos José Pérez, no existiendo ninguna prueba de que su apellido se completara con "de la Riestra", tal como se ha sostenido por mucho tiempo.
De hecho, las partituras de sus primeras composiciones autorales rezan "Carlos José Pérez" y a continuación su seudónimo: "Charlo", con lo cual queda despejada toda duda.



En uno de los tantos reportajes que concedió, habló de su instrucción y de sus comienzos:
"Lo primero que toqué fue el violín, de oído. Después fue la guitarra. Luego, chapurreaba  -más  bien destrozaba- el piano, que era el instrumento estudiado por mis hermanas  mayores. Fue así  como me hicieron estudiar a mí también. 
A los ocho años, mi profesor -yo estudiaba en el Conservatorio Santa Cecilia, de Puán- le dijo a  mi padre que tenía que prepararme para dar tercer año ... Allí seguí hasta que terminé la escuela primaria, a los diez años. Entonces me mandaron a un internado de La Plata, a estudiar el secundario. [...] Pero, una vez en La Plata, nos hacíamos escapadas a Buenos Aires los fines de semana con un grupo de compañeros. Empecé a ir a la radio, a interesarme por cantar. Llegó mi oportunidad en una fiesta de fin de curso, en el cine General Belgrano de la calle Cabildo. Yo acompañé con el piano. Allí estaban presentes los dueños de Radio Cultura, los señores Del Ponte y De Bari. Y me invitaron a mí, junto con otro muchacho, para actuar en su emisora [...]"
Aunque "Charlo" no lo aclara en el reportaje, esto ocurrió en 1924.


 

Charlo en 1924

Al año siguiente, el propietario del sello fonográfico Electra, don Alfredo Améndola, lo llama para grabar discos, realizando veinte grabaciones acompañado por los guitarristas Vicente Spina y Miguel Correa y antes de finalizar el año, el día 14 de diciembre, graba dos temas para la Casa Víctor, siendo éstos los tangos "Costurerita" (matriz BA-722) y "Pobre varón" (matriz BA-723), integrando ambas caras del disco catalogado bajo el número 79617.
Inmediatamente debuta en una revista en el teatro Comedia y el propio "Charlo" así lo recordaba:
"[...] Enseguida debuté en el teatro Comedia en una revista. Fue en 1926, yo ya estudiaba en  Buenos Aires y daba libre en el internado de La Plata. En la obra, cuyo nombre no  recuerdo, estrené mis dos primeros temas: "Pinta brava" y el fox "Pim Pum rataplán", en el  cual me acompañaba en el piano y con las chicas del coro. Era el único tema de la obra que  se bisaba. Allí tuve mi primera frustración: yo anhelaba que se bisara el tango, pero lo que  hacía furor era el fox. Lo escuchaba tanto que le tomé fastidio y lo "castigué": nunca lo  edité. 
 [...] 
 Cuando terminé la temporada en el Comedia, dio la casualidad que se enfermó Azucena  Maizani, primera figura en el Hippodrome, que estaba a una cuadra del Comedia. 
 El propietario de ese teatro, don Vicente Rey, me requirió para que la reemplazara. En  principio no me animé: Azucena era ya una figura consagrada. Pero tanto me insistieron  que acepté. Y me quedé con la duda de lo que haría. [...] Estuve una semana, hasta que la  Maizani se repuso y volvió. Enseguida surgió la ocasión de grabar. [...]
Vino a verme Mauricio Godard a la radio, en donde seguía actuando y me ofreció trabajar  en Discos Nacional. [...] 
Con Roberto Firpo habíamos grabado unos discos que nunca salieron a la venta. Al poco  tiempo, Miguel Bucino vino a buscarme al teatro Porteño, para decirme que Canaro quería  grabar conmigo. Comencé a grabar estribillos con él: me pagaban 30 pesos por cada uno
 [...]
 
                                                                  

                                               
                                                           
                                                Charlo en aquel entonces      

Las prístinas grabaciones de "Charlo" como estribillista de la Orquesta Canaro se efectuaron el 29 de febrero de 1928 y no salieron a la venta. Su primer registro editado correspondió al tango de Luis Bayón Herrera y Raúl de los Hoyos: "Dejá que la gente diga", grabado el 7 de marzo en dos tomas, publicadas ambas (Nacional 4409a/2157 y 2157/1).
Casi simultáneamente fue convocado también por Francisco Lomuto, con cuya orquesta empezó a grabar el 10 de marzo con el registro del tango de Juan Andrés Caruso y Luis Teisseire: "A contramano" (Nacional 7751a/2177). Esta colaboración se extendió hasta 1933, al tiempo que paralelamente iba construyendo su extraordinaria carrera artística como estribillista de y solista con la Orquesta Canaro y también en este último carácter con acompañamiento de guitarras.




Cachadora; tango ("P.Laguna" F. Lomuto) 
Orquesta Francisco Lomuto - Estribillo por "Charlo"
Grabado el 30 de noviembre de 1928
Nacional 7786a/3572-1


miércoles, 30 de julio de 2014

LA TRILOGÍA DE PROTAGONISTAS FEMENINOS DE PETTOROSSI Y NAVARRINE: "FEA"

Seguramente la trilogía de protagonistas femeninos más importante fue la que provino de la fértil creatividad del binomio autoral que conformaban Alfredo Navarrine y Horacio Pettorossi: “Torcacita”; “Galleguita” y “Fea”. De ellas, la última mencionada ha sido la que con mayor éxito ha transcurrido hasta nuestros días.
Para entonces, sus autores contaban con una valiosa trayectoria. Navarrine, nacido el 8 de diciembre de 1894, realizó la mayor parte de su carrera unido a su hermano mayor Julio. Juntos se iniciaron, integraron diversos conjuntos gauchescos, crearon su propia troupe: “Los hermanos Navarrine” y juntos también formaron y dirigieron un notable conjunto criollo: Los de la Raza”.
Pettorossi, nacido el 21 de octubre de 1896, formó también parte de diversos números musicales: entre los más destacados acompañó a Francisco Martino, integró aquel de los veinte guitarreros que actuaron en la célebre puesta en escena de la obra “Juan Moreyra” por José González Castillo y Elías Alippi en el teatro “San Martín” (en la que coincidió con los Navarrine y con el dúo Gardel-Razzano) y dio marco también a la voz de Ignacio Corsini en las obras que representaba la compañía de “Pepe” Podestá. Culminado este último compromiso, junto a su compañera, la cancionista Emilia Alba, creó y dirigió el conjunto criollo “Los de la leyenda”, que completaban Pedro Otate, Monsalve, Corrao y también Juan Raggi.
El arte lo volvió a unir a los hermanos Navarrine al formarse “Los de la Raza”, que integraban, como artistas principales: Bartolomé Chapela, Juan Bautista Deambroggio "Bachicha", Emilia García, Juan Raggi, Mario Melfi y Emilia Alba.

"LOS DE LA RAZA"

Tan prolongada colaboración confluyó en el binomio autoral que compuso la mencionada trilogía. Y de las tres historias, la de la atribulada muchacha obrerita objeto de burlas a causa de su fealdad, que confeccionó el vestido de novia de su hermana menor (en tiempos en que la costumbre era que fuesen casándose por orden de edad), que fue abandonada por su prometido (quien la dejó por su mejor amiga) y que, por no soportar tantas penas, terminó quitándose la vida, resultó un resonante éxito que mereció ser llevado al disco por varios de los más importantes intérpretes del tango: en 1925, Ignacio Corsini (Nacional 18420b/2163); Francisco Canaro con su orquesta dando marco a la voz de Azucena Maizani (Nacional 11021b/3162) y en 1926 en forma instrumental (Nacional 4133a/3497). También lo fue por la "Bianco-Bachicha" en París el 23 de octubre de 1926 (Odeón 74356/KI 979-2).
Pero sin duda alguna las grabaciones que inmortalizaron a este tango fueron las registradas por Carlos Gardel, dos tomas llevadas a la cera en 1925: la primera con las guitarras de José Ricardo Soria y Guillermo Barbieri (Nacional 18149a/3276):




La segunda la registró con el sexteto dirigido por Osvaldo Fresedo (Nacional 18201a/3288). "El pibe de La Paternal" fue protagonista, por entonces, del pase de una empresa grabadora a otra más importante en muchos años de la historia del tango. Max Glücksmann logró el concurso del director mediante el ofrecimiento de un contrato muy ventajoso. Así, pues, Fresedo se retiró de la Casa Víctor, de la que era su principal figura, para pasar a grabar en "Discos Nacional". A guisa de bienvenida y como muestra de respaldo, don Max solicitó a Carlos Gardel acompañar con su voz a la orquesta recién llegada. 
En ese mismo año, se había reincorporado al conjunto el violinista Manlio Francia, quien ya había integrado la primera formación, en 1922; con lo cual la orquesta había pasado a ser un septeto que formaba de la siguiente manera:
Violines: Manlio Francia - Adolfo Muzzi - Juan Köller
Bandoneones: Osvaldo Fresedo - Alberto Rodríguez
Piano: José María Rizzuti
Contrabajo: Humberto Costanzo


                                         Fresedo y su fila de violines:
                                                     De pie: Francia  
                                Flanqueando al director: Muzzi y Köller

Al disco se le asignó el número de catálogo 18201 y en su faz "B" traía la grabación por ambos (cantor y orquesta) del tango de Fresedo con letra de José Antonio Saldías "Perdón, viejita". 
Tal como era la costumbre de la época, a los cantores solistas los acompañaba un sexteto, razón por la cual Francia no participó de las grabaciones.
Así se inició para don Osvaldo un lustro altamente exitoso en los "Discos Nacional".


 

miércoles, 29 de enero de 2014

CARTA ABIERTA A MARTINA IÑÍGUEZ


Vos y tu séquito de secuaces -mercaderes de la historia- han llegado, en el súmmum del delirio por probar lo que no pueden, a violentar las más elementales normas de la convivencia dentro del mundo de la informática.

Es así como, sin el menor escrúpulo y sin autorización, ingresan como hordas salvajes en cuentas ajenas para desparramar su nauseabunda retórica, colmada de agravios, mentiras y sinrazones. No importa, para ello, si involucran a personas cuyos pensamientos y principios se encuentran en las antípodas de los vuestros. Para ustedes, el fin justifica los medios. Está claro que tal esfuerzo por difundir vuestro discurso debe tener una razón importante. No conozco antecedentes de investigadores y/o historiadores que hayan demostrado apasionamiento semejante ni siquiera en algún personaje relevante de la historia como podrían ser, por ejemplo, los próceres de la patria. Desconozco las razones que los impulsan a estas actitudes descomedidas. Pero lo que sí conozco es que aún se recuerda tu conferencia pronunciada en la Academia Porteña del Lunfardo el 10 de junio de 2006 en el que afirmaste que "[... tanto Avlis como Bayardo fracasaron en documentar la posible veracidad de la historia de Tacuarembó ..."], tal como hace pocos días lo recordaba el forista José Pedro Fernándes en la mesa de Todo Tango.

 

http://www.todotango.com/spanish/la_pasion/lamesa_respuestas.aspx?pid=797435

 

La que ha decidido no fracasar fuiste vos. Por tal razón es que en algún momento quedaste tan convencida y fascinada por esta historia, que te convertiste en los últimos años en su principal difusora y sin escatimar medios, como queda dicho al principio de esta carta. Pero era obvio que tanta enjundia merecía su premio. En diciembre de 2009 fuiste distinguida en Tacuarembó con el “Gardel de oro” por tus aportes a la investigación sobre la nacionalidad de Carlos Gardel; tal como puede apreciarse en la siguiente nota:

 

http://www.agesor.com.uy/noticia.php?id=1294

 

Justicia para quien dedicó y dedica tantas horas a propagar esta novela que necesitó de varios remiendos en los lugares por donde hacía agua para intentar hacerla un poco más atractiva.

No conforme con invadir la privacidad ajena, creaste un grupo en esta red social para que vos y tus adláteres se recrearan con historias imaginarias y se autosatisficiesen. Ante tan tentadora oferta, proliferaron como hongos después de la lluvia, “eruditos” en el tema como el “experto en biología” Eduardo Cuitiño o el omnisciente Marcelo Martínez, que tanto sabe de jurisprudencia cuanto de otros temas, como la discografía de Gardel o los códigos secretos de la correspondencia privada del cantor o cualquier otro asunto: él conoce todo, lo llamativo es que se maneja con la soberbia propia del ignorante, que no se condice con la humildad que caracteriza a los auténticos sabios como él.

Para finalizar, hemos podido comprobar que a este grupo lo administrás con verdadera mano de hierro. Es así como has devenido en rígida censora de aquellos pensamientos críticos a tu posición; además de, como corresponde, no permitir expresiones agraviantes hacia los miembros del mismo. Una pena que no apliques el mismo rigor hacia quienes denigran la memoria de doña Berta Gardes, madre de quien ustedes dicen exaltar, acción agravada por el hecho que ya no se puede defender, lo que constituye una inmoralidad inaceptable e imperdonable.