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martes, 7 de noviembre de 2023

EL ÚLTIMO VUELO DE "EL ZORZAL"

 En la noche del 7 de noviembre de 1933, Carlos Gardel se embarcó en el vapor "Conte Biancamano" rumbo a Europa. Su destino final era New York, adonde debía viajar para cumplir un compromiso firmado con la cadena radial NBC.

Lo acompañaron su administrador, Armando Defino y sus dos músicos de confianza (con el objetivo que colaborasen con él en sus recitales neoyorquinos): el guitarrista Horacio Pettorossi y el pianista Alberto Castellanos.

Tras hacer escala en Barcelona; radicóse en Paris, para trabajar en los ensayos de sus futuras audiciones. Y estar cerca de su ciudad natal, Toulouse, adonde viajó con el objetivo de pasar unos días con su madre y sus tíos..

Finalmente; Gardel, Pettorossi y Castellanos arribaron a New York el 28 de diciembre. La orquesta de la emisora, que acompañaría a Carlos en sus presentaciones radiales, era dirigida por el violinista uruguayo Hugo Mariani; el mismo que, cinco meses antes, actuando en Buenos Aires, había contratado a Gardel para estos recitales y además, acompañado al cantor (bajo la dirección musical de Castellanos) en la grabación del vals "Noches de Atenas", llevada a cabo el 31 de julio.

El arreglador de la orquesta de la NBC era el argentino Terig Tucci (también violinista) y quien, muy pronto, pasaría a ser el responsable de toda la producción musical de Carlos Gardel en sus quince meses de trabajo en la citada ciudad estadounidense. Y escribió un libro, al que llamó "Gardel en New York" (Editorial Web Press, 1969); gracias al cual se han podido conocer importantes detalles de dicha labor, a la vez que algunas anécdotas personales del cantor.

Tucci describió la llegada de Carlos con estas palabras:

"La tarde gris se disolvía ante el avance del manto nocturno, borrando de nuestra retina las formas ingentes del gran puerto. Las luces, encendidas durante todo ese día breve y encapotado, se hacían ahora conspicuas, infundiendo al ambiente una atmósfera melancólica.

Por los altoparlantes de la sala una voz anuncia la llegada del barco. La gente se agolpa en las ventanas para observar las maniobras del remolcador, que ayuda a la gigantesca nave a atracar al muelle. Se colocan las planchadas. Subimos a bordo. Buscamos en la algarabía de la muchedumbre las caras familiares de nuestros viajeros. Por fin los encontramos y les damos la bienvenida, cordiales y efusivos, pero con esa cierta compostura de personas que acaban de conocerse.

...

Descendemos. Nos dirigimos hacia la calle, charlando ahora animadamente. Se aproxima un taxímetro. Notábamos entretanto, que Gardel y sus compañeros a duras penas podían soportar el intenso frío de ese día de diciembre: cerca de 25 grados centígrados bajo cero, lo cual es mucho frío, aún para Nueva York. Castañeándole los dientes acierta a decir Gardel, con el más puro acento porteño:

- ¡Ché, que frío! ¡Rajemos, viejo! ¡Todavía estamos a tiempo!

Al momento, el resguardo del bien caldeado taxi nos hizo olvidar la gélida temperatura. Pocos minutos después estábamos en el famoso hotel Waldorf Astoria, en el que se hospedarían nuestros amigos."

                                                                  


                                                      
Hugo Mariani

Mientras se llevaban a cabo los recitales, Gardel renovó su contrato con Paramount para la filmación de dos películas, con opción a cuatro más. La empresa, debido al notable éxito obtenido por Carlos en la NBC, decidió que fueran rodadas en sus estudios en Long Island.

Desde mayo y hasta julio de 1934, se llevaron a cabo las filmaciones, que representaron un paseo triunfal para Gardel. Tucci describió el fabuloso éxito; narrando el estreno de "Cuesta Abajo", la primera de las películas, en el teatro "Campoamor":

"La demostración de admiración y cariño, que al terminar la película, le tributó el público, nuevamente de pie, rayaba en idolatría. Los gritos de ¡Viva Gardel! sonaban por todos los ámbitos del teatro.

...

Había sido, en verdad, una noche de triunfo.  Y si bien Gardel esperaba un buen éxito del estreno de su primera película en Nueva York, nunca había soñado que tendría la extraordinaria, colosal aceptación que el público le dispensó."

No obstante ello; Razzano, agudo y veterano conocedor del mundo del espectáculo, le remitió el 20 de octubre un telegrama advirtiendo del pésimo nivel actoral en los filmes:

"Excuso decirte intervengo aquí por no estar de acuerdo con malas películas Paramount. Otra igual <Cuesta Abajo> destruiría tu fama".

Gardel tomó nota del consejo y al hacer uso de la opción por las siguientes películas, exigió y consiguió elevar de modo significante el nivel actoral, al lograr la contratación de los notables actores Tito Lusiardo y Enrique De Rosas, además de la excelente actriz y bailarina española Rosita Moreno, por entonces prometida de un alto directivo de Paramount. 

La tercera película, "El día que me quieras", fue el más grande triunfo de Carlos Gardel. La canción leitmotiv del filme, de título homónimo; resultó, a la postre, el más importante éxito de nuestro cantor. 

El proceso de gestación de la misma implicó un laborioso trabajo y así lo narró Tucci:

"<Una buena obra de arte es el producto del 10 % de inspiración y el 90% de transpiración>.

Éste fue particularmente el caso de la canción <El día que me quieras>. El metro heptasílabo con que se inicia el refrán:

                                         El día que me quieras,

                                         la rosa que engalana,

se repite catorce veces en el curso de la canción; a pesar de que ésta posee un interés melódico singular, ello no es suficiente para ocultar su pobreza rítmica.

Gardel advertía la deficiencia, la monotonía desesperante que resultaba de la múltiple repetición del mismo metro. Le Pera nos salvó del atolladero escribiendo unas líneas en verso libre para el final. Esta larga frase, añadida a los versos de tres líneas de la primera parte, rompe la monotonía de los heptasílabos, redime la canción y la transforma en una pequeña joya musical."

Con el correr de los años, "El día que me quieras" resultaría la composición en castellano más interpretada en la historia de la música.

Tras la última filmación, nuestro artista comenzó una gira triunfal por Latinoamérica; que culminó, abrupta y lamentablemente, en la tragedia de Medellín, que truncó su vida.

Y "El Zorzal" emprendió el vuelo hacia la eternidad...


                                               

El día que me quieras; canción (A.Le Pera - C. Gardel)
 Carlos Gardel
Orquesta Terig Tucci
Formación:
Violines: Horacio Zito - Rafael Galindo - Remo Bolognini
Cello: Vicente Navatta - Bajo: Domingo Guido - 
Acordeón: Joseph Biviano - Piano: Abraham Thevenet
Supervisión de sesión: Alfredo Cibelli
Grabado en New York el 19 de marzo de 1935
                                          Víctor 32458a/BVE 89229-1