Para entonces, sus autores contaban con una
valiosa trayectoria. Navarrine, nacido el 8 de diciembre de 1894, realizó la mayor parte de su carrera unido a su hermano mayor Julio. Juntos se iniciaron,
integraron diversos conjuntos gauchescos, crearon su propia troupe: “Los
hermanos Navarrine” y juntos también formaron y dirigieron un notable conjunto criollo:
Los de la Raza”.
Pettorossi, nacido el 21 de octubre de 1896, formó
también parte de diversos números musicales: entre los más destacados acompañó
a Francisco Martino, integró aquel de los veinte guitarreros que actuaron en la
célebre puesta en escena de la obra “Juan Moreyra” por José González Castillo y
Elías Alippi en el teatro “San Martín” (en la que coincidió con los Navarrine y con el dúo Gardel-Razzano) y
dio marco también a la voz de Ignacio Corsini en las obras que representaba la compañía
de “Pepe” Podestá. Culminado este último compromiso, junto a su compañera, la
cancionista Emilia Alba, creó y dirigió el conjunto criollo “Los de la leyenda”,
que completaban Pedro Otate, Monsalve, Corrao y también Juan Raggi.
El arte lo volvió a unir a los hermanos Navarrine al
formarse “Los de la Raza”, que integraban, como artistas principales: Bartolomé Chapela, Juan Bautista Deambroggio "Bachicha", Emilia García, Juan Raggi, Mario Melfi y Emilia Alba.
"LOS DE LA RAZA"
Tan prolongada colaboración confluyó en el binomio autoral que compuso la mencionada trilogía. Y de las tres historias, la de la atribulada muchacha obrerita objeto de burlas a causa de su fealdad, que confeccionó el vestido de novia de su hermana menor (en tiempos en que la costumbre era que fuesen casándose por orden de edad), que fue abandonada por su prometido (quien la dejó por su mejor amiga) y que, por no soportar tantas penas, terminó quitándose la vida, resultó un resonante éxito que mereció ser llevado al disco por varios de los más importantes intérpretes del tango: en 1925, Ignacio Corsini (Nacional 18420b/2163); Francisco Canaro con su orquesta dando marco a la voz de Azucena Maizani (Nacional 11021b/3162) y en 1926 en forma instrumental (Nacional 4133a/3497). También lo fue por la "Bianco-Bachicha" en París el 23 de octubre de 1926 (Odeón 74356/KI 979-2).
Pero sin duda alguna las grabaciones que inmortalizaron a este tango fueron las registradas por Carlos Gardel, dos tomas llevadas a la cera en 1925: la primera con las guitarras de José Ricardo Soria y Guillermo Barbieri (Nacional 18149a/3276):
Pero sin duda alguna las grabaciones que inmortalizaron a este tango fueron las registradas por Carlos Gardel, dos tomas llevadas a la cera en 1925: la primera con las guitarras de José Ricardo Soria y Guillermo Barbieri (Nacional 18149a/3276):
La segunda la registró con el sexteto dirigido por Osvaldo Fresedo (Nacional 18201a/3288). "El pibe de La Paternal" fue protagonista, por entonces, del pase de una empresa grabadora a otra más importante en muchos años de la historia del tango. Max Glücksmann logró el concurso del director mediante el ofrecimiento de un contrato muy ventajoso. Así, pues, Fresedo se retiró de la Casa Víctor, de la que era su principal figura, para pasar a grabar en "Discos Nacional". A guisa de bienvenida y como muestra de respaldo, don Max solicitó a Carlos Gardel acompañar con su voz a la orquesta recién llegada.
En ese mismo año, se había reincorporado al conjunto el violinista Manlio Francia, quien ya había integrado la primera formación, en 1922; con lo cual la orquesta había pasado a ser un septeto que formaba de la siguiente manera:
Violines: Manlio Francia - Adolfo Muzzi - Juan Köller
Bandoneones: Osvaldo Fresedo - Alberto Rodríguez
Piano: José María Rizzuti
Contrabajo: Humberto Costanzo
Fresedo y su fila de violines:
De pie: Francia
Flanqueando al director: Muzzi y Köller
Al disco se le asignó el número de catálogo 18201 y en su faz "B" traía la grabación por ambos (cantor y orquesta) del tango de Fresedo con letra de José Antonio Saldías "Perdón, viejita".
Tal como era la costumbre de la época, a los cantores solistas los acompañaba un sexteto, razón por la cual Francia no participó de las grabaciones.
Así se inició para don Osvaldo un lustro altamente exitoso en los "Discos Nacional".