A partir de 1929, "Charlo" comenzó a grabar con acompañamiento de guitarras, alternando estos registros con aquellos con las orquestas Canaro y Lomuto. En rigor de verdad, ya lo había hecho en 1925 cuando grabó sus primeros discos. Fue una serie de 20 registros para el sello "Electra" secundado por los guitarristas Vicente Spina y Miguel Correa y el 14 de diciembre de ese año, dos más para la Casa Víctor, con similar acompañamiento.
Pero a partir del año citado, 1929, comenzó a grabar con guitarras con regularidad. Su primer conjunto, que lo secundó en sus discos para la empresa de Max Glücksmann, estaba integrado por Ángel Iglesias, Héctor Besada y Andrés Arrieta, conjunto que lo acompañó hasta los últimos días de la temporada 1931, cuando el cantor comenzó a grabar nuevamente para Víctor, ocasión en la que Iglesias fue reemplazado por Ceferino Alonso. A partir de entonces, grabó simultáneamente con guitarras, con la orquesta de Francisco Canaro (al mismo tiempo como solista y estribillista), con la Orquesta Típica Víctor y la Típica de Adolfo Carabelli y en ambos sellos (Nacional y Víctor). Realizó registros en dúo, entre otros, con Ada Falcón, Ángel Ramos, Luis Díaz , Mercedes Simone y ya en las postrimerías de su carrera, con quien fuera su compañera de vida por entonces: la actriz y cancionista Sabina Olmos.
"Charlo" en 1933 con Ignacio Corsini, Libertad Lamarque y Mercedes Simone
A lo largo de su tan extensa cuanto exitosa trayectoria, "Charlo" llevó a cabo numerosas presentaciones en teatros, radios y sitios varios dedicados al espectáculo, siendo acompañado por diferentes conjuntos, como el trío que integraban Federico Scorticatti en bandoneón, Osvaldo Pugliese en piano y José Gallastegui en el violín; las orquestas Demare-Vardaro; Héctor Stamponi; Roberto Pansera y Osvaldo Requena y en discos, una grabación el 8 de enero de 1934 con el trío de Ciriaco Ortiz; en 1958 en Venezuela cinco registros con él mismo en piano y Emilio Muñoz en órgano; en 1960 en España otros doce con la orquesta dirigida por el maestro Salvador Ruiz de Luna y en el mismo año y país, en sus dúos con Sabina Olmos, se acompañaba a sí mismo con acordeón. Ejecutando este instrumento también registró grabaciones solistas y entre 1934 y 1940, grabó con un nuevo conjunto de guitarras que integraban Héctor Besada, Roberto Grela, Ceferino Alonso y Eduardo Arana, interviniendo en ocasiones Avelino Casao y Edmundo Rivero.
A partir de ser representado por José Razzano, realizó una extensa trayectoria internacional que incluyó a varios países: Brasil, Chile, Venezuela, Panamá, Estados Unidos, Cuba, España, Portugal, Francia y también Bélgica. Don "Pepe", con su reconocida maestría, dirigió de manera exitosa la carrera de su representado.
En uno de los tantos reportajes que concedió y refiriéndose a estos viajes, habló sobre algunos de ellos y en su narración, incluyó un incidente que felizmente tuvo un desenlace favorable:
"[...] Viajé mucho y siempre con éxito. En Chile, donde debía quedarme un mes, estuve cuatro meses y medio. En Cuba estuve nueve meses. En Venezuela también tuve éxito. Sólo no pude actuar en New York: estuve seis meses separado de mis músicos. En aquel momento en Estados Unidos había 80.000 músicos inactivos. Mis guitarristas quedaron "confinados" en Eli Island, una isla donde se alojaban todos los artistas desocupados. Cuando pude sacarlos de allí, después de seis meses de gestiones, mi apoderado, José Razzano, me había conseguido un contrato en Buenos Aires. Y así, por suerte, pudimos volvernos".
"Charlo y José Razzano en el teatro "Latorre" - Antofagasta - Chile - 1938
Nuestro artista fue, además, un destacado actor cinematográfico, siendo sus películas más importantes: "El alma del bandoneón" (1935); "Puerto Nuevo" (1936); "Carnaval de antaño" (1940); "Los muchachos se divierten" (1949) y "Los troperos" (1953). Asimismo, descolló en su tarea de compositor, dejando para la posteridad una interesante cantidad de obras, algunas de ellas fundamentales en la historia del tango, como "El viejo vals"; "Cobardía"; "Rencor"; "Tormento"; "Horizontes"; "Ave de paso"; "Rondando tu esquina"; "Sin lágrimas"; "Tu pálida voz"; "Un sueño y nada más".
Su amistad con José Razzano fue entrañable. Baste como ejemplo aquella carta que le escribiera desde La Habana el 25 de junio de 1947 y que comienza así:
"Querido Pepe: Te estoy oyendo: "Qué pasará!..." cuando recibas esta carta. Y yo te digo "nada". Ya sabés de sobra cómo te quiero, que eres uno de mis más grandes afectos. Que siempre fuiste para mi, padre, hermano y amigo, todo junto [...]".
Pero el destino le tenía reservada una gran tristeza: la de no haber podido despedir a su tan querido amigo "Pepe", puesto que se encontraba trabajando en España aquel infausto 30 de abril de 1960, el día en que el viejo corazón de Razzano dejó de latir y su dueño entró en la gloria reservada para los grandes de verdad.
"Charlo" falleció el 30 de octubre de 1990 y de no habernos regalado la vida al inigualable Carlos Gardel, hubiese sido el más importante cantor de toda la historia del tango.
Mi provinciana; tango (M. Romero - G. H. Matos Rodríguez)
"Charlo" - Guitarras: Héctor Besada - Andrés Arrieta - Ceferino Alonso
Grabado el 30 de diciembre de 1931
Víctor 37129a/BAVE-66585-1