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jueves, 19 de marzo de 2015

LA EXTRAORDINARIA CARRERA ARTÍSTICA DE "CHARLO" - SEGUNDA PARTE

Fue el primer estribillista de la orquesta de Francisco Lomuto y el único hasta la incorporación, en 1931, de Fernando Díaz. Durante ese lapso lo fueron también, pero sólo ocasionalmente, Antonio Buglione y Herberto De Costa, que cantaba con el seudónimo "Príncipe Azul". Y en paralelo con la incorporación de Díaz, lo fue también su compañero de dúo: Alberto Hilarión Acuña.
Por entonces ya era conocido como "Charlo". Fue Enrique Del Ponte quien así lo bautizó. Y él lo recordaba con estas palabras:
"Todo surgió en Radio Cultura. Enrique Del Ponte, quien como dije era el director, me sugirió cambiarme el nombre, porque era demasiado largo.
Me preguntó un día:
- No te gustaría "Charlo"?
Yo dije que sí enseguida. No por el nombre, ya que me daba lo mismo, sino porque no quería que mi familia se enterara. Para entonces ya nos habíamos radicado en Buenos Aires y yo ... tenía que seguir mis estudios."
Su actuación otorgó un mayor lucimiento a la ya por entonces consagrada orquesta Lomuto, que por entonces formaba de la siguiente manera:
Violines: Leopoldo Schiffrin - Carlos Taverna - Armando Gutiérrez
Bandoneones: Daniel Álvarez - Luis Zinker - Haroldo Ferrero
Piano: Oscar Napolitano
Contrabajo: Alfredo Sciarretta
Clarinete: Carmelo Águila
Pistón: Natalio Nappe
Batería: Desio Salvador Cilotta



                                              

                                         Orquesta Francisco Lomuto

"Charlo" había abandonado su carrera universitaria por el canto. Y trajo a su memoria aquella decisión:
"Estuve por recibirme de abogado, pero dejé la carrera. Mi padre me enfrentó y me dijo:
- O te inscribís en la Facultad o te olvidás de que ésta es tu casa.
Yo hacía bastante tiempo que había abandonado la carrera. Ahora pienso que mi padre fue muy blando, que me dejó hacer lo que quería. Son cosas irreparables, yo me hubiera recibido muy pronto. Pero estoy muy feliz de haber tomado este camino, no me arrepiento. Si tuviera que empezar nuevamente, volvería a hacerlo."
Se incorporó a la orquesta Canaro en febrero de 1928, cuando se alejaron de la misma Agustín Irusta y Roberto Fugazot, quienes grabaron para ese conjunto hasta fines de 1927.
Durante prácticamente un año y medio (hasta la llegada de Ada Falcón) fue el único cantor estable de la agrupación. En ese lapso también grabaron, pero realizando unos pocos registros Anita Palmero, Luis Scalon y Olinda Bozán.



                                                        

                           Orquesta Canaro y su cantor "Charlo" en 1928

Francisco Canaro en sus "Memorias" narró el proceso de contratación de "Charlo" que ocurrió al comenzar una gira, matizando su relato con una anécdota pintoresca.
"Ese año, 1928, fui contratado para amenizar los bailes de Carnaval en el "Teatro Cervantes" [...]. 
Una vez finalizados dichos bailes, me dediqué a organizar mi primera gira por el interior del país.
[...]
Una vez planeada la gira, organicé un pequeño espectáculo. Contraté a Charlo y salí con mi orquesta a visitar una serie de localidades [...]
En mi excursión por la República, recuerdo que actuamos en un pueblo de la provincia de Córdoba, llamado "Cabrera". Era una especie de "Café-Concert" que tenía un escenario muy chiquito donde debía actuar la orquesta. Tan reducido resultaba dicho escenario que yo tenía que dirigir colocado tan a la orilla del proscenio, que la pierna izquierda la ponía bien al borde y el talón sobresalía hacia afuera. De telón tenía una cortina que para correrla se usaba un piolín y no había persona encargada de esa tarea. 
Tuvo que hacerlo personalmente Charlo, quien tiraba del piolín y el escenario quedaba entonces al descubierto. Pero ocurrió que en una de esas corridas y descorridas, justo al finalizar el espectáculo, Charlo tiró demasiado fuerte del piolín, que se había enredado en un nudo, y se cortó con tan mala suerte que se enredó conmigo que estaba haciendo verdadero equilibrio al canto de la embocadura, lo que determinó que yo cayese sobre la mesa de unos espectadores y el percance no pasó a mayores porque el proscenio no tenía más de un metro y veinte centímetros de altura. De tal suerte que no fue más que el susto coreado con grandes carcajadas por el público. 
Con varias alternativas de análoga especie, por la reducida dimensión de los escenarios y de sus accesos, finalizó aquella gira cuyo éxito artístico y financiero resultó sin precedentes en esta índole de atracciones."




                   Yo no sé qué me han hecho tus ojos; vals (F. Canaro)
                     Orquesta Francisco Canaro - Estribillo por "Charlo"
                                 Grabado el 5 de diciembre de 1930
                                              Nacional 4711a/6481


                     

                                                                          
      

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